Mandaba la posición el capitán D. José Escribano Aguado y constituían su guarnición las secciones 1ª y 2ª de su compañía (3ª del 3º de San Fernando), un destacamento de Artillería con dos cañones de tiro rápido y tres soldados telegrafistas.
La posición A estaba situada en un elevado mogote hacia el confín de la extensa llanura de Metalza. Entre él y Yebel-Udía está el paso de Tizzi Azza, de gran importancia en aquellos momentos sobre la carretera de Annual a Ben-Tieb, precisamente donde el trazado de dicha carretera es más accidentado, formando una bajada encajonada y zigzagueante que denominaban el tobogán.
Mandaba la posición el capitán D. José Escribano Aguado y constituían su guarnición las secciones 1ª y 2ª de su compañía (3ª del 3º de San Fernando), un destacamento de Artillería con dos cañones de tiro rápido y tres soldados telegrafistas.
¿Por qué no se replegó cuando las fuerzas en retirada habían salvado el tobogán? Ha sido un misterio no descifrado, porque de la guarnición no quedó ningún superviviente. La versión aceptada en aquellos aciagos días fue la más inverosímil. Según ella, a los telegrafistas se les olvidó comunicar la orden de retirada. La estación de Annual cayó en poder del enemigo, con la copia de todos los mensajes emitidos y recibidos y sus telegrafistas sucumbieron.
Cuando las fuerzas en retirada desde Annual se acogieron a Dar Dris, la tarde del 22 de julio, allá en lontananza quedaba la posición A defendiéndose gallardamente de los embates del enemigo que la rodeaba.
En la mañana del día siguiente, el teniente coronel Pérez Ortiz se encontraba entre un grupo de jefes y oficiales viendo impacientes manipular un heliógrafo a los telegrafistas de Drius; se había conseguido enlazar con la posición A y acababan de transmitirle la orden de retirarse sobre Drius.
Todos miran impacientes los deslumbrantes destellos que emite el heliógrafo de la A.
Desde ella, el capitán Escribano contestó:
Es imposible romper el cerco. Tenemos mucho enemigo. Si no pueden venir en nuestro auxilio, sabremos morir cumpliendo con nuestro deber.
Cuando en la tarde de aquel día 23 salía la columna de Drius hacia Batel, se oían retumbar lejanos los dos cañones y crepitar la fusilería de los defensores y atacantes de la posición A.
Pasado algún tiempo, llegaron confidencias del campo enemigo; se supo que la agonía de esta posición duró tres o cuatro días y se conocieron los trágicos detalles de su final. El capitán fue invitado a parlamentar por los jefes sitiadores. Escribano salió de la posición y llegó hasta donde le esperaban, a unos cincuenta metros del parapeto. Iniciaron la conversación e inopinadamente los moros le sujetaron trantando de hacerle prisionero. Intentó desasirse y, al no conseguirlo, gritó enérgicamente:
¡Fuego sobre nosotros!
Retumbó la descarga de los soldados españoles, que sacrificó juntamente a su capitán y a los que intentaban prenderle.
Después se reanudó el ataque más violentamente. La posición, al mando del teniente D. Darío Fernández Reigada, resistió hasta que fue asaltada y su guarnición exterminada.
El texto de esta entrada se ha obtenido del libro España en sus Héroes. Tomo II., y es un homenaje a mi bisabuelo, el capitán D. José Escribano Aguado, héroe en la guerra en Marruecos. Más información.